En 2017, la Organización Mundial del Comercio (OMC) inauguró una nueva era de interconectividad mundial con el Acuerdo de Facilitación del Comercio (AFC), un sistema mundial de normas comerciales que ayuda a los países a desarrollar sus capacidades comerciales. Al eliminar las barreras comerciales, mejorar la colaboración con el sector privado y acelerar los procedimientos aduaneros, el AFC promueve la productividad general, la transparencia y la facilidad del comercio internacional. Además, el mayor acceso a los insumos y la integración de la cadena de suministro proporcionan un círculo virtuoso que contribuye a una mayor vitalidad económica.
Vea el Corto de CLDP para saber más sobre la adhesión a la OMC y la implementación del AFC.
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En la economía interconectada de hoy en día, la rapidez y la facilidad con la que las mercancías cruzan las fronteras es esencial para el crecimiento y la prosperidad de los mercados locales y mundiales. Pero los onerosos requisitos aduaneros suponen verdaderos retos para empresas de todos los tamaños, especialmente para las pequeñas y medianas empresas que intentan operar en el mercado internacional.
Para mejorar el flujo de mercancías a nivel internacional, la Organización Mundial del Comercio, que gestiona el sistema mundial de normas comerciales y ayuda a los países en desarrollo a aumentar su capacidad comercial, elaboró el Acuerdo de Facilitación del Comercio, o "AFC", para facilitar la circulación transfronteriza de mercancías reduciendo los costes y simplificando los procedimientos comerciales. El AFC tiene cuatro pilares centrales:
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la transparencia;
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la simplificación;
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armonización; y
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estandarización
El AFC está diseñado para agilizar, simplificar y coordinar los procedimientos comerciales entre países, mejorando así la previsibilidad y reduciendo los costes comerciales a nivel mundial. Según la OMC, la plena aplicación del AFC reducirá los costes comerciales en una media del 14,3% e impulsará el comercio mundial en hasta un billón de dólares al año, siendo los países en desarrollo los que más beneficios obtendrán.
Al reducir la "burocracia" innecesaria o los gravosos procedimientos fronterizos, el AFC proporciona un impulso significativo y sostenido al comercio internacional, especialmente en las naciones en desarrollo con requisitos de transparencia que abordan la corrupción.
El AFC también aumenta la participación del sector privado en el proceso normativo al exigir a los gobiernos que colaboren con los comerciantes en la elaboración de la normativa relacionada con el comercio internacional, lo que refuerza el comercio de los exportadores existentes y fomenta la entrada en el mercado de los comerciantes locales e informales.
Otros beneficios son la mejora de las infraestructuras en los puertos de entrada, la entrega más rápida de bienes sensibles al tiempo, como los productos agrícolas, un mayor acceso a la inversión extranjera directa y una recaudación de ingresos más eficiente para los gobiernos.
Tanto si se exportan como si se importan mercancías, la facilitación del comercio beneficia a todos los países al mejorar el acceso a los insumos de producción del extranjero y apoyar una mayor participación en las cadenas de valor mundiales.
Para aliviar la preocupación por los costes normativos, operativos y políticos previstos de la aplicación, el AFC ofrece de forma exclusiva a los países miembros la flexibilidad de determinar sus propios calendarios de aplicación, en función de su capacidad técnica y financiera. Además, los miembros pueden solicitar asistencia técnica y apoyo para el desarrollo de capacidades a otros miembros para la aplicación efectiva del AFC.
Al ampliar los mercados mundiales y eliminar los trámites burocráticos en las fronteras, el AFC es un beneficio para todas las economías y sus consumidores en el extranjero. No es demasiado tarde para ratificar el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio y cosechar los beneficios de participar en prácticas comerciales más fluidas.
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